PostHeaderIcon La escoliosis vista a través de un millón de de años

A continuación se leerá la conjugación de mucho de lo que ya a sido escrito en líneas anteriores pero armado en una explicación acabada y sustentada sobre el origen y diagnóstico, de muchas escoliosis consideradas en la actualidad como idiopáticas.
Idiopático es en medicina: de origen desconocido, y la idiopáticas son siempre la explicación de la mayoría de las escoliosis.
Tomando conciencia de que no es posible dar solución a algo que no tiene diagnóstico certero, al menos con un serio valor de aproximación, fue necesario abordar esta problemática tan kinesica como postural con un diagnóstico basado en la alteración biomecánica, que no abarca todas las escoliosis rotuladas de idiopáticas, pero si una gran mayoría huérfana de diagnóstico.
Las sustentaciones del presente enfoque se basan en hechos contundentes.

El pomposo titulo del millón de no surge de un eslogan. Tuve el privilegio de trabajar con los restos fósiles del homo antecesor y constatar en el mismo desde mi trabajo, la presencia de un signo patognomónico a mi claro entender que siempre esta presente en el paladar de las personas con escoliosis.

Desde aquí comenzaremos el desarrollo explicativo. Este signo como todo mi trabajo de diagnóstico y tratamiento, surge de la siguiente explicación: la atención en forma manual que me permitió observar varios cientos de casos de escoliosis a través de toda mi carrera, que hasta el momento de escribir estas líneas son casi tres décadas.
Por lo que voy a contar, no lo considero una teoría ni tampoco una hipótesis, ya que esto que sigue a continuación lo he observado detenidamente muchísimas veces, he hecho conclusiones sobre las observaciones y sobre éstas, nuevas observaciones. Así sucesivamente un juego de observación más nueva conclusión hasta el día que escribo estas palabras, que pule más aún el diagnostico.
Claro está hacer la salvedad que siempre se hizo con individuos pertenecientes a nuestro tiempo.
Pero la esencia bioarquitectónica que a continuación se detallará se observa con mucha facilidad en la interlínea del paladar del chico/chica de la Gran Dolina de novecientos ochenta mil años como se observa en las fotos.
El principio esencial de este capitulo es viajar desde Lucy y sus seis vértebras, como dice Lovejoy la hacen proclive a la escoliosis, pasar por el por el homo antecesor que tuve el honor de trabajar en presencia y compañía del Dr. José María Bermúdez Castro que es uno de los descubridores del homo antecesor y un infatigable estudioso del mismo, llevando su trabajo a realizar de ese fósil un antes y después en la paleontoantropologia.
Hasta llegar a hoy y sustentar desde las alteraciones funcionales digestivas y las miofasciales al unísono, como actúa la duramadre desde el concepto de guerras tónicas como ya lo expresé en mi libro Cinesiología 1.

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Foto 1

En esta foto se puede observar muchos elementos decisivos para justificar la presencia de escoliosis (mas adelante veremos un detallado informe biomecánico patológico de cómo ocurre aquí pero también en los homo sapiens–sapiens de hoy).
La pieza se compone de varios huesos. Por la izquierda se observa claramente un resto importante del hueso malar, la rama maxilar del zigomático o malar completa fusionada al hueso maxilar superior izquierdo, más la rama ascendente del malar, esta si bastante seccionada pero suficiente para distinguirla claramente.
Hacia atrás siempre hablado del malar, vemos con absoluta nitidez una gran porción de la rama temporal de esta pieza ósea, evidentemente la conservación de malar izquierdo ha sido muy generosa.
En una vista superior de esta foto vemos que la función del malar en su rama maxilar con el malar superior correspondiente (muy conservado), nos ha dejado casi completo el piso de la cavidad ocular, por detrás se ve el seno maxilar.
Volcándonos al eje de simetría vemos el piso de la fosa nasal izquierda o si se prefiere el techo del paladar, que como veremos es contundente en el signo patognomónico de la interlinea palatina; aquí esta no es posible divisarla ya que la rama horizontal del hueso etmoides se fosilizó por un proceso natural de casi un millón de años sobre los maxilares superiores, igual se observa con claridad cierta forma curva pero en mi opinión es producto de su posición post mortem durante tan prolongado tiempo en características especiales de conservación natural. No hay ninguna explicación para ese fenómeno en vida desde la biomecánica patológica de la escoliosis.
También se observa al conducto palatino muy a la derecha, pero solo es una impresión óptica de la posición de la pieza en primera instancia que confunde, pero colocada en la posición de la foto cinco y trazando líneas de simetría, el conducto no se desplazó ni en vida ni post mortem.
Por el lado derecho de la pieza en esta foto se observa el maxilar derecho con su suelo nasal y el seno maxilar correspondiente, y nos deja claro que del lado izquierdo se conservó parte de la rama palatina horizontal y la fosa pterigoidea, que se verá mejor en próximas fotos. Como conclusión esta foto permite observar en simultáneo todos los huesos que componen el objeto de estudio, pero nos deja hacer certeras opiniones sobre la escoliosis, es un gran plano de estudio global digno de admirar el hallazgo paleontoantropolgico y referencia de la conclusiones que seguirán.

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Foto 2

Otro gran plano de visualización global donde se aprecia con absoluta claridad el estado de conservación de la fosa pterigoidea izquierda del hueso esfenoides.
Su forma a pesar de ser un homo antecesor casi no dista de la actual, por tanto abre camino a la función de los músculos pterigoideos en la diducción, ya la función trituradora en la masticación estaría muy desarrollada.

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Foto 3.

Esta foto frontal desde este plano remarca observaciones de las fotos 1 y 2.

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Foto 4.

En esta imagen con todo lo visto en las anteriores, mas el pormenorizado detalle de sus componentes, podemos analizar la interlinea palatina o mejo dicho la parte que nos ha quedado que por supuesto es más que suficiente.
Claramente curva de concavidad inicial izquierda, si observamos los orificios de los incisivos entre medio, se halla la espina maxilar superior que como se ve está oblicua al eje de simetría de lo que debería ser una interlínea palatina correcta, apuntando hacia la izquierda; desde este punto se inicia la curvatura que atraviesa el conducto palatino más formado sobre el maxilar derecho, pero eso le permite mantenerse en eje simétrico.
Luego la interlinea comienza su camino de compensación, primero rectificando para cambiar a contra curva. Lamentablemente se acaba el hueso disponible pero se observa con claridad marcada la diferencia de tamaño del piso maxilar izquierdo sobre el derecho y la intención de la línea de curvar a la derecha en compensación.

Signo de la interlínea palatina
(Descripción)
Si tuviéramos que ver dicha interlinea -puede hacerlo en cualquier atlas de anatomía- la interlínea que separa el paladar a la altura de los maxilares superiores izquierdo y derecho, veríamos una línea bastante recta que podría tener las sinuosidades mínimas parecidas a un trazado hecho a mano con un lápiz de una persona de no muy buen pulso, pero no más que esto.
En la medida que el proceso de desconfiguración craneal ocurre tal como se describe en mi libro Cinesiología. Alteraciones Tónicas, esa interlínea comenzará a desfigurarse directamente proporcional y tan caprichosamente como sean las presiones a la que es sometido el paladar duro, por las fuerzas externas de las estructuras miofasciales del cuerpo que lo somete.
En el caso de la escoliosis que es el tema que en este momento nos atrae detallo:
Todo el periostio endocraneal se fusiona fuertemente a la duramadre endocraneal formando una unidad indivisible, medio centímetro de grosor prueba de su importancia mecánica en cuanto a resistencia y capacidad de sujeción.
La salida de ésta por el foramen magnum, deja una inserción fortísima similar a una inserción tendinosa.
Desde ahí salta hasta el cuerpo de C2 para dejar otra fuerte inserción en cuerpo del axis en su cara anterior y luego vuelve a tener otra fuerte inserción en el cuerpo de S2, y desde ahí avanza hasta terminar formando el ligamento sacro coccígeo.
Por lo tanto desde el foramen magnum más C2 hasta S2, tendremos un largo tubo de estructura fascial muy densa, donde la duramadre tomará la misma forma que tome la columna vertebral.
En el caso de la escoliosis ese largo tubo que conforma la duramadre vertebral traccionará con las líneas de fuerza correspondientes que le otorgue la escoliosis.
Estas someterán al foramen mágnum a su merced, de tal suerte que semejante sumatoria de líneas de fuerza traccionará de este último, que provocará una desviación de la orientación del cuerpo de C2 y el foramen mágnum, produciendo un micro movimiento y deformación plástica de todo el hueso occipital conforme caprichosamente al grado de escoliosis producida.
Esto se traducirá en que la tuberosidad interna del occipital que da fuerte inserción a la hoz del cerebro en su parte más posterior, haga que esta última cambie su orientación de base, dicha orientación generará una línea de fuerzas que se transmitirá a lo largo de toda esta y fundamentalmente en su plano antero posterior, para terminar en la inserción de la hoz del cerebro en la apófisis crista galli del hueso etmoides.
Nuevamente se producirá una oblicuidad en otro hueso, en este caso el etmoides, por una transmisión en cadenas de líneas de fuerza que vienen de la columna vertebral.
El hueso etmoides se articula con la parte más elevada del maxilar superior en la zona donde forma el piso de la fosa ocular.
Ahora la transmisión de fuerzas será de hueso a hueso y el cambio de eje de posición del hueso etmoides se transmitirá a ambos maxilares superiores.
Por lo tanto, la posición de éstos comienza a ser asimétrica y se verá traducida en el piso de la parte nasal o si se prefiere en el techo palatino, que en suma conforma el paladar.
Aquí veremos la primera causa de sinuosidades exageradas de la sutura palatina media, que es lo que nos mueve a nuestra observación en este caso.
La parte más posterior del paladar estará conformada por la rama horizontal de los huesos palatinos, cuyas ramas verticales se apoyan fuertemente en el hueso esfenoides más precisamente en la parte conocida como su cuerpo.
Este se articula sólidamente con la apófisis basilar del hueso occipital.
Por lo antes descrito en la desviación de todo el hueso y deformación plástica, la sínfisis esfeno basilar sufrirá un efecto de torsión sobre su eje medial antero posterior.
De tal suerte que el esfenoides siempre irá en sentido contrario al lugar donde vaya el occipital, a fin de mantener un equilibrio en la deformación y no producir una alteración en las fosas oculares.
Manteniendo así, el patrón hegemónico de la horizontalidad de la mirada o lo que es más común, la menor desviación posible con compensación anómala de los músculos oculares dando o no estrabismo según sea la lesión original.
Este efecto del esfenoides hará que el cambio de posición del cuerpo de este, presione de manera irregular las láminas verticales de los huesos palatinos, y por transmisión de fuerza estas alteran las láminas horizontales de los mencionados palatinos en cuanto a su posición anatómica normal, como la parte de la interlinea que les corresponde. Estas a su vez se articulan en su parte más anterior con el piso de los maxilares superiores. Segunda fuente de fuerzas deformantes de la inertlínea palatina.

Los músculos pterigoideos mediales y laterales, afrontarán retracciones miofasciales para sostener el desequilibrio de todo el esfenoides en su conjunto, si bien esto produce estabilidad a la “desconfiguración craneal”, dará como resultado alteraciones en todo el aparato masticatorio con claras y evidentes alteraciones de las articulaciones témporo mandibulares.
Tendremos entonces distintas fuerzas a izquierda y derecha no homogéneas en cada movimiento de nuestra mandíbula, tanto para masticar como para articular la palabra. Estos movimientos generarán fuerzas también deformantes en forma proporcional a las presiones que se hagan, ya sea en la masticación o en el bruxismo mismo.
Tercera fuente deformante de la interlínea palatina.

En el niño /niña de la Gran Dolina de acuerdo a lo observado en la foto, la exagerada sinuosidad de la interlínea palatina, nos indica una escoliosis de grado relativamente significativo que sin ningún lugar a dudas se aproxima a los 10º sin saber hasta dónde llegó, ya sabemos que su deceso se produjo alrededor de los 11 años por tanto no completó su crecimiento total.
Sin duda entraría en grado patológico de haber vivido hasta completar su crecimiento, y como las huellas ya son óseas no se puede hablar de una escoliosis funcional sino claramente estructural y deformante.
Otro elemento a observar es el conducto incisivo, sí es fácil distinguir gran asimetría en su formato, siendo la parte más posterior volcada hacia la izquierda y la anterior a la derecha.
La superficie palatina del maxilar izquierdo es mayor a la del derecho, lo cual corroboraría un desarrollo asimétrico de los maxilares que trabajándolo más profundamente debería trasladarse a otras micro deformaciones craneales asimétricas de sus huesos no demostrables sólo con la foto. Pero tampoco contamos con los huesos.
Como conclusión intermedia antes de continuar, la extremada sinuosidad de la interlínea palatina, la deformación del foramen incisivo, y la mayor superficie del maxilar superior izquierdo en su piso, son motivos suficientes para sustentar una escoliosis.

La vieja concepción que la escoliosis es una deformación de la columna vertebral en forma de S o C, ya sea compensada o descompensada debe ser reemplazada por las cinco curvas.
Como ya se ha demostrado en este texto hay deformación curva a nivel occipital con proyección a todo el cráneo, deformación a nivel cervical, deformación compensatoria a nivel dorsal, lumbar, y el sacro sigue la misma suerte produciendo un síndrome de sacro flotante en el espacio bicuñal de las escoliosis de hoy.
No se ocurren motivos para hacer una excepción ya que desde el homo antecesor a nosotros hubo cambios, pero nada substancial en la biomecánica corporal.
Considerando la edad aproximada del niño/niña de la Gran Dolina, coincidiría con un estado pre menárquico o menárquico que son universalmente reconocidos como los puntos de eclosión máxima de la desviación escoliótica en el caso que el homínido sea una niña.
Pero como también es universalmente reconocido por toda la literatura especializada que en promedio la relación de la escoliosis hombre/mujer es de 7 a 1 para las mujeres, estaríamos con la misma proporción de estar frente a una niña de la Gran Dolina, ya que la escoliosis tal como se la ha descrito biomecánicamente desde el signo patognomónico de la sutura palatina media y conducto incisivo, sumado a la edad, nos
empuja mas a pensar en una niña que en un niño en la proporción antes descrita en forma abrumadora, con un margen de error menor pero margen al fin.
Sería interesante profundizar sobre la alimentación que ustedes saben ha tenido el homo antecesor que poseen, ya que si bien las escoliosis se atribuyen como idiopáticas, se puede demostrar que la generación de progesterona sumada a una alimentación no eficiente que no es lo mismo que deficitaria, sería una gran productora de gases que aumentarían el tamaño normal de la bolsa de aire del estómago produciendo una gastromegalia que empuja al hígado y arrastran entre estos dos grandes órganos, a todo el aparato digestivo hacia el lado derecho, aproximadamente en el espacio de T6 a L3, haciendo punto fijo fundamentalmente en L1 y L2 se produciría una tracción de la inserción del ligamento fundamental del intestinos delgado.
La progesterona produce estreñimiento y desarrolla alteraciones digestivas productoras de flatulencias y meteorismo que ahora no es el caso describir, pero llevan a una piloritis que da como resultado la gastromegalia antes descrita, ya hablaremos más sobre este punto.
Habiendo trabajado cientos de casos de escoliosis como único síntoma y aproximadamente poco más de una centena de escoliosis que acompañan otros síntomas en síndromes genéticos, entre otros Síndrome De Rett o Mielomeningocele, trabajando en revertir el proceso biomecánico antes descrito y la manipulación visceral para revertir lo también descrito, siempre se ha obtenido excelentes resultados en detener el avance de la escoliosis y hasta revertido en grado significativo las curvaturas vertebrales y la reconfiguración total del cráneo, baso en que la observación de los resultados me apartarían de una teoría o hipótesis en los casos que he tratado.
Quiero dejar claro que han sido seres vivos con las características de los últimos 25 años y criados en el mundo del bienestar, pero bien vale la proyección de lo descrito en el signo patognomónico en el paladar, para abrir sí una hipótesis o teoría que con más datos podría ser confirmada en el homo antecesor.
Pero partimos de una base con datos más que suficientes.
La pregunta surge sola, es esta explicación de una clara alteración biomecánica la explicación, o respuesta al nacimiento de la escoliosis la respuesta es otro no rotundo es la consecuencia y respuesta a fuerzas que surgen del sistema digestivo y las cadenas miofasciales.
Como ya hemos visto en la extensa explicación de las alteraraciones neumogástricas que afectan el sistema digestivo, una de las más comunes es la híper producción gaseosa.
El estómago en condiciones normales es ocupado por lo que se conoce como bolsa de aire de aproximadamente un tercio del tamaño del mismo sin distenderse totalmente como cuando hay alteraciones vágales como las ya descriptas.
El gas sobrepasa los límites fisiológicos de ese tercio variando hasta limites extremos, como me tocó ver en una radiografía abdominal en síndrome de Rett de una paciente donde esta aumento su estómago en forma crónica en tres veces su tamaño total normal, es un caso extremo pero sirve y mucho de ejemplo de la variación de volumen que se puede alcanzar en este caso de forma patológica severa, pero en menor grado pero no menos significativo solo por disfunciones digestivas.
Cuando el estómago se distiende de forma crónica mas allá de su volumen normal total, su curvatura menor aumenta compactando el epiplón menor o ligamento gastrohepático, y de forma clara y evidente empuja al hígado hacia afuera tomando como referencia el eje de simetría que coincide con la columna vertebral; este desplazamiento choca contra las costillas y estas arrastran la columna produciendo la desviación dorsal hacia la derecha.

Este es un ejemplo de las varias formas de inicio de una escoliosis muchas veces sin diagnóstico y tratada ideopáticamente con tratamientos conservadores como el corsé, sin tener idea alguna del origen, menos del diagnóstico y por supuesto de un tratamiento con objetivos claros y definidos. Desde ya este no es el único lugar donde el aumento del gas producido por el metabolismo digestivo de los alimentos, los intestinos en especial el delgado, es un lugar a explorar pero volvamos a la mecánica con la que comenzamos el inter juego gastro hepático.
El hígado se encuentra fuertemente adherido al diafragma por los ligamentos triangulares mayor y menor como así por el ligamento longitudinal.
La presión positiva en la cavidad abdominal contrasta con la negativa de la caja toráxica. Como el mediador entre ambos espacios es el diafragma, este tiene tendencia física hacia el lado de la presión negativa sumando la fuerte unión hígado- diafragma. Existe un efecto “imán” del hígado con el diafragma y su tendencia a ir hacia arriba, por lo tanto los pilares diafragmáticos serán coherentes y solidarios en forma patológica desde la biomecánica a la desviación que produce el efecto gastromegalia-hígado-costillas.

 

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